Los traumas psicológicos según Freud

Freud postulaba que algunos incidentes donde se dan pensamientos desagradables para el paciente, pueden tornarse en traumas psicológicos posteriormente. Por ejemplo, el caso del apaciente que, tras el fallecimiento de su hermana, piensa que el marido a quedado libre para estar con ella. Aunque rechaza inmediatamente el pensamiento, este ocasiona síntomas más tarde.
Freud afirma que este incidente es traumático por evocar emociones fuertes, y porque se oponen a otras (como por ejemplo: el deseo de la paicente por su cuñado en detrimento del respeto que tiene por su hermana). Estos deseos y pensamientos, existen contra la voluntad del individuo.
Freud buscó le génesis de las fuerzas que provocan los deseos e ideas conflictivos, proponiendo el concepto de pulsión, como la energía que mantiene los procesos mentales y un concepto de la mente, que no es únicamente racional, ni unitaria (ego, super-ego, Id).
En conclusión, supone que es necesario que se presente un conflicto interno de emociones, para que se produzca una acumulación de energía, y una falla en el consumo de la energía.
Por tanto, podemos inferir que los traumático, es para Freud, todo aquello que ocasiona síntomas. Un episodio resulta traumático porque aumenta los conflictos internos y porque los lleva a la conciencia. Estos conflictos no son tolerados a nivel conciente.
Para Freud entonces, un trauma no es el producto de un suceso, o de una emoción, sino que deben presentarse simultáneamente, asociadas en conflicto. El sujeto prescinde de su conciencia sobre el episodio, para resolver el conflicto. Pero en algún momento, percibirá dicho conflicto, pero antepone los síntomas a esta asunción de la situación, para escapar de ella. Por ejemplo, un sujeto puede dejar de ver, para evitar observar algo que amenaza su estabilidad. Este concepto se conoce como dialéctica, donde se da un sistema de fuerzas en constante confrontación, cambio y conflicto.