Los traumas psicológicos según Freud

Freud postulaba que algunos incidentes donde se dan pensamientos desagradables para el paciente, pueden tornarse en traumas psicológicos posteriormente. Por ejemplo, el caso del apaciente que, tras el fallecimiento de su hermana, piensa que el marido a quedado libre para estar con ella. Aunque rechaza inmediatamente el pensamiento, este ocasiona síntomas más tarde.
Freud afirma que este incidente es traumático por evocar emociones fuertes, y porque se oponen a otras (como por ejemplo: el deseo de la paicente por su cuñado en detrimento del respeto que tiene por su hermana). Estos deseos y pensamientos, existen contra la voluntad del individuo.
Freud buscó le génesis de las fuerzas que provocan los deseos e ideas conflictivos, proponiendo el concepto de pulsión, como la energía que mantiene los procesos mentales y un concepto de la mente, que no es únicamente racional, ni unitaria (ego, super-ego, Id).
En conclusión, supone que es necesario que se presente un conflicto interno de emociones, para que se produzca una acumulación de energía, y una falla en el consumo de la energía.
Por tanto, podemos inferir que los traumático, es para Freud, todo aquello que ocasiona síntomas. Un episodio resulta traumático porque aumenta los conflictos internos y porque los lleva a la conciencia. Estos conflictos no son tolerados a nivel conciente.
Para Freud entonces, un trauma no es el producto de un suceso, o de una emoción, sino que deben presentarse simultáneamente, asociadas en conflicto. El sujeto prescinde de su conciencia sobre el episodio, para resolver el conflicto. Pero en algún momento, percibirá dicho conflicto, pero antepone los síntomas a esta asunción de la situación, para escapar de ella. Por ejemplo, un sujeto puede dejar de ver, para evitar observar algo que amenaza su estabilidad. Este concepto se conoce como dialéctica, donde se da un sistema de fuerzas en constante confrontación, cambio y conflicto.

Tipos de traumas psicologicos

  Traumas psicológicos empeoran la salud 

          La acumulación de traumas psicológicos en la edad adulta empeora la salud física en edades avanzadas, según un estudio, que señala también que el impacto de los traumas infantiles es menor.

El estudio fue realizado con 1 mil 518 personas de la tercera edad por científicos de las universidades de Michigan y Albany (EEUU), y Toronto (Canadá).

Los investigadores señalaron que los traumas se distinguen de otros episodios difíciles de la vida por su seriedad, e incluyen situaciones de guerra, la muerte de familiares próximos, enfermedades muy graves o ser testigo de un delito violento.

El estudio analizó los distintos tipos de trauma ocurridos hasta los 18 años, entre los 18 y 30 años y entre los 31 y 64, y su impacto entre personas de tres grupos de edad: 65-74, 75-84 y 85 años o más.

Los resultados mostraron que los traumas ocurridos después de los 18 años tenían efectos más nocivos en la salud física que los sufridos durante la infancia.

"Los traumas podrían tener los mismos efectos adversos en niños que en los adultos, pero en los niños podrían disiparse para el momento en que alcanzan la edad adulta", explicó Neal Krause, de la Universidad de Michigan, uno de los responsables del estudio.

Krause añadió que, a partir de este estudio, los médicos podrían tener ayuda a la hora de saber por qué entre las personas de edad avanzada unas caen enfermas y otras no.

"Podría ser necesario preguntar de forma rutinaria a las personas mayores que tienen problemas de salud si han sufrido traumas", explicó el investigador.

Los Transtornos Psicologicos.

Definir que es un trastorno mental, psicológico o emocional, es un problema difícil para la psiquiatría y la psicología clínica. Esa dificultad está relacionada con los distintos criterios que se han utilizado para su definición a lo largo de la historia. Básicamente se refiere a comportamientos que se han considerado "anormales" y que han sido estudiados y clasificados por los profesionales de la psicopatología (estudio de las causas y clasificación de los trastornos mentales).


Históricamente las causas de los trastornos psicológicos se han buscado fundamentalmente en tres modelos o tradiciones muy diferentes: el modelo sobrenatural, el modelo biológico y el modelo psicológico. El modelo sobrenatural, llamado también deontológico, parte de que los trastornos de la conducta están causados por posesión de espíritus o demonios. En este caso el sacerdote o brujo debía diagnosticarlo y expulsar el mal espíritu mediante un ritual exorcista. La idea de la posesión persiste aún en determinadas culturas primitivas y en ciertas religiones (como la católica, aunque esta trata de distinguir entre posesión y trastorno mental). El modelo biológico se originó en la medicina griega hipocrática, y actualmente se le llama también modelo médico. Parte de la concepción de que los trastornos mentales son enfermedades que tienen una causa biológica (bioquímica, genética, física...), fundamentalmente relacionada con el sistema nervioso central o el cerebro. Es el médico especialista en psiquiatría quien lo diagnostica y trata con procedimientos médicos, donde destacan los psicofármacos. El modelo psicológico parte de que los trastornos mentales derivan de determinadas experiencias de la persona a lo largo de su vida que se organizan en forma de estructuras mentales, aprendizajes o significados que generan conductas anormales. Sería el psicólogo clínico el encargado de su diagnostico y tratamiento mediante la terapia psicológica (psicoterapia).


En la actualidad la mayoría de los psiquiatras y psicólogos clínicos suelen considerar que en los trastornos psicológicos o mentales están implicadas causas tanto biológicas, psicológicas como sociales (son los llamados "modelos multifactoriales", "interactivos" o "psicobiosociales"). Según se hable de que determinado trastorno psíquico concreto, el peso de las causas biológicas, psicológicas o sociales será mayor o menor. También el tratamiento en determinados casos suele ser de tipo "interdisciplinar" requiriendo la intervención coordinada de varios profesionales (psiquiatra, psicólogo clínico, asistente social...).


Los dos sistemas de clasificación de los trastornos psicológicos más utilizados y difundidos a nivel mundial (CIE-10 y DSM-IV) definen a los trastornos mentales de la siguiente manera:


La CIE-10 (Décima clasificación de las enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud de 1993) define a los "trastornos" mentales en función de la presencia de determinadas conductas anormales, lo que la persona hace o dice -criterio psicosocial- o de determinados síntomas de malestar, las señales de malestar que presenta la persona-criterio médico-(Fig.1).


Por su parte el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría de 1994) define el trastorno mental en función de sus componentes psicológicos (funciones mentales alteradas) y conductual de un cuadro clínico y de las repercusiones biológicas y de malestar que produce. Por lo tanto se sigue observando un criterio psicológico, el comportamiento anormal, junto con otro médico, la organización en la presentación de los síntomas, el cómo se relaciona entre sí